Volver a la rutina después de las vacaciones es todo un reto, además la llegada del otoño trae consigo una sensación de bajón o de falta de energía.
El cambio de estación, en especial la transición del verano al otoño, puede afectar profundamente nuestro estado de ánimo, energía y bienestar general, dando lugar a sensación de tristeza o agotamiento. Estos factores como el impacto de los días más cortos o el descenso de la luz solar, influyen en nuestra salud mental.